miércoles, 8 de julio de 2015

La importancia de llamarse Ana

Como sabéis, el nombre "Ana" proviene del hebreo y significa "benéfica, compasiva y llena de gracia". Dicen las escrituras que así se llamaba la madre de la Virgen María, o lo que es lo mismo, la madre de todas las madres. Como nombre habitual en Occidente, seguro que todos conocéis al menos alguna, sino varias "Ana". Hoy quiero compartir con vosotros los rasgos que caracterizan a las "Ana" que conozco; lo dicho, creo que, salvando excepciones, van implícitos al nombre.

Haciendo honor a la etimología de su nombre, algo que identifica a las "Ana" es su carácter maternal. Preocupadas en todo momento por sus seres queridos, son muy buenas escuchando y dando consejos. Se caracterizan por ser eminentemente racionales y tienen sólidos principios éticos y morales. No actúan a la ligera, meditan sus respuestas. Son muy trabajadoras y buenas compañeras. Prestan atención a los detalles y les gusta "hacer bien las cosas"; son curiosas, en ambos sentidos.

En lo que concierne a las relaciones personales, son solícitas con sus parejas y amigas excepcionales. Se caracterizan por "tener las ideas claras", por su fuerte carácter y por ser especialistas en "decir las verdades". Son muy sinceras, si algo les parece mal, así lo hacen saber; aunque, por supuesto, tienen sus "debilidades". Sienten la necesidad de cuidar a sus iguales, especialmente a los más "desastre", a quienes se refieren con apelativos cariñosos ("peque") e hilarantes ("cerello").

Las "Ana", además de "madres", son amigas incondicionales. Dotadas de un buen olfato para las personas, rara es la vez que se equivocan; a ellas, no es fácil engañarlas. En caso de que se les falle, asumen responsabilidades. Si se las defrauda, conceden siempre segundas oportunidades. No se andan con tonterías en lo que se refiere a las amistades, saben discernir "lo importante". Ponen la mano en el fuego por las personas a las que quieren y cuando quieren a alguien, lo hacen para siempre.

2 comentarios: