lunes, 20 de enero de 2014

Ser madre

"Lo entenderás cuando tengas hijos". Alguna vez os lo han dicho? Seguro que sí, es la frase más repetida por las madres del mundo. Da igual en qué país nos encontremos, pues la maternidad es un sentimiento universal. Acaso no os parece curioso que las preocupaciones de las madres de vuestros conocidos sean prácticamente idénticas a las de la vuestra? Come bien, abrígate que hace frío, avísame cuando llegues... Os resulta familiar? En este caso, hablaré de mi madre, pero me apuesto lo que sea a que cualquiera de vosotros podría extrapolarlo a la suya.

Y es que ser madre es el mayor gesto de altruismo que puedo imaginar. Desde mi total desconocimiento, me gustaría compartir con vosotros lo que creo que significa. Y como lo he aprendido? Fácil, observando a mi propia madre durante veinticinco años. Al estilo de las redacciones que hacíamos en parvulitos, tal reflexión podría titularse... Que es una madre para ti?

Ser madre es entregar tu vida a otra persona, dejar de pensar en ti misma y preocuparte por otro. Ser madre es ser la primera en levantarse y la última en acostarse. Ser madre es coger del plato cuando los demás ya lo han hecho. Ser madre es hacer la compra pensando en lo que a los otros le gusta. Ser madre es no renovar tu vestuario hasta que los demás lo hayan hecho. Ser madre es preocuparte porque en Navidad todo el mundo tenga un regalo bajo el árbol, aunque sea un par de calcetines. Ser madre es volver a estudiar, renunciar a horas de sueño y pelearse con el libro de mates para luego hacer los deberes. Ser madre es preparar bocadillos y cargar mochilas. Ser madre es dar la merienda, aunque dicha tarea pueda llevar horas. Ser madre es coser rodilleras en los pantalones y besar heridas para que sanen. Ser madre es tomar la fiebre poniendo la mano en la frente y frotar la barriga cuando duele.

Para concluir, solo quiero decir una cosa. No sé cuales son los mecanismos que subyacen a este fenómeno, pero de lo que estoy convencida es del efecto terapéutico que tiene una madre; mejor que cualquier fármaco. Cuando pienso en la mía, una frase me viene a la cabeza "una palabra tuya bastará para sanarme".

3 comentarios:

  1. teño as lagrimas no borde do párpado!!!q gran verdade, pero sabes q?creo q nos xa compartimos parte de esas preocupacións a pequena escala, con quen? cos nosos irmáns/primos/sobriños pequenos!quen me diría a min que estaría un sábado as 3 am esperando dentro dun coche con impaciencia que chegase de festa o meu "pequecho"!!! dende logo o paso dos anos sirbe para que te des conta de canto fixeches sufrir ás nosas nais e aboas...:)

    ResponderEliminar
  2. Tienes toda la razón Vane!!! Hay q vivirlo para darse cuenta. Y ponerse en su lugar más a menudo. Gracias por tu comentario!!!

    ResponderEliminar
  3. No termino de entender muy bien el objetivo de esta entrada. He trabajado durante mucho tiempo y aún lo sigo haciendo con mujeres adultas, pero ahora se da la circunstancia de que estoy más dedicado a las niñas. Si algo tengo claro en mi vida es que son los hijos los que educan a los padres ya que sacan lo mejor y lo peor de cada uno. El confundir amor por apego, el preocuparse en vez de ocuparse y en gran medida los miedos no resueltos de cada uno, hacen que a veces las madres hagan "sacrificios" que lo único que provocan es su propio desgaste de un modo innecesario. Por eso no es de extrañar que se depriman el doble de mujeres que hombres. Jesucristo lo dijo muy claro: "amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo COMO A UNO MISMO". En mi pandilla hay dos ejemplos perfectos de dos tipos de madres muy antagónicas que me demuestran que ser madre solo significa que has parido a un niño. Todo lo demás relacionado con el amor y la responsabilidad te lo da el ser persona.

    ResponderEliminar