sábado, 8 de noviembre de 2014

Yo, novias no quiero

Que la mayoría de los hombres, rehusan de buenas a primeras comprometerse, lo sabemos. A pesar de que puede parecer una generalización absurda, la información que manejo me hace creer que es certera; libros, experiencias propias e historias que la gente me cuenta. En los hombres de hoy en día, he observado una tendencia muy curiosa, que no deja de llamarme la atención; en cuanto se percatan del interés que despiertan en una mujer, lo primero que hacen, resueltos, seguros de sí mismos, es afirmar categóricamente... "Yo, novias no quiero".

Esta frase siempre me ha hecho mucha gracia, he de reconocerlo; y siempre me asalta la misma cuestión, por qué el hombre presupone que la mujer que tiene enfrente está buscando eso (algo serio). Creo yo, que ella podrá pensar, "Yo, tampoco, así que perfecto". Lo que quiero decir con esto es que no todas las mujeres están "locas" por casarse (ni todos los hombres "se fugan" a la primera de cambio). Hay mujeres que quieren pasárselo bien y hombres deseando enamorarse. Aún así, no lo aceptamos, seguimos teniendo prejuicios; "esta es una fresca" o "el otro es un bragas".

A pesar de ello, me quedo con la sinceridad del hombre, que declara sus intenciones de antemano; siendo la mujer la que casi siempre "tiene la pelota en su tejado". Pero aunque os pueda parecer extraño, hay veces en las que los papeles se invierten; el hombre inteligente y "templado" es quien dirige el juego de la seducción; acatando la mujer aquello que este tenga a bien concederle. Estos hombres son diferentes al resto; se ven en contadas ocasiones y plantean a las mujeres retos intelectuales que las llevan a investigar como funcionan sus mentes y eso, es lo que realmente "las vuelve locas".

En todo caso, lo que a los hombres desconcierta, es la existencia de mujeres que no buscan comprometerse, que quieren disfrutar de la vida, sin hacer daño. En presencia de estas mujeres, los hombres se ponen nerviosos, no saben como tratarlas (como me gusta decir a mí, "se violentan"). Ellas reaccionan inesperadamente a sus frases hechas y lo que siempre les funciona, de repente, deja de hacerlo. Estas mujeres no se muestran cohibidas, no se sonrojan, no dejan de mirarlos a los ojos; estas mujeres se les acercan, se contonean y les dicen "ven conmigo a casa". Ellos, "lo flipan" entanto.

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