lunes, 15 de diciembre de 2014

Las arpías no son ellas, sino ellos

Una de las claves del periodismo es elegir concienzudamente los titulares, pues es el título de un artículo el que incita al lector a leerlo o bien lo disuade de ello. A mí me ha pasado con este que comparto hoy. Si bien no es original, no lo he inventado yo; lo he leido en la web de Ciencia Xplora y ha captado mi atención. Una buena forma de introducir un curioso estudio de comportamiento llevado a cabo con adolescentes estadounidenses, de conclusiones cuanto menos sorprendentes.

A pesar de ser las chicas las que tienen fama de calculadoras ("chicas malas"), los resultados de este estudio rebelan que son los chicos quienes difunden más rumores falsos, al menos en el instituto. Son ellos, y no ellas, los que se valen, en mayor medida, de métodos poco ortodoxos como la mentira, la marginación y el chantaje para manipular a sus compañeros. Las chicas, en cambio, eran mayoría a la hora de declararse víctimas; todo hay que decirlo; pues a ellas, en general, les gusta el victimismo.

La lectura de este estudio me ha traido a la mente un tema que siempre me ha preocupado, en el cual llevo meses indagando; preguntando tanto a chicos como a chicas. En lo relativo a las relaciones personales, concretamente en materia de intimidades... Quienes comparten más información con sus congéneres, esto es, amigos o amigas? En qué términos se refieren unos y otras a sus ligues? De qué manera "cuentan" a sus colegas hombres y mujeres sus aventuras amorosas? Una batalla más en lo que concierne a la guerra de sexos.

Lo cierto es que he encontrado bastante unanimidad al respecto; hombres y mujeres están de acuerdo. En primer lugar, son las mujeres las que más datos (escabrosos me refiero) comparten con sus amigas; ellos, normalmente, se los reservan. Mientras que las chicas suelen relatar hechos 100% reales, los chicos tienen tendencia a "aderezarlos" con fantasías. En lo referente a experiencias fallidas, ellas las gestionan con naturalidad; ellos, en cambio, las niegan o estigmatizan. En cuanto a la forma de referirse al sexo contrario, los hombres suelen ser menos respetuosos que las mujeres delante de sus amigos (por el efecto manada, lo de "hacerse los machos"). Siempre que no se trate de sus parejas; en cuyo caso, se comportan como auténticos caballeros. 

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