jueves, 25 de diciembre de 2014

Ollos verdes son traidores...

"Azules son mentireiros, e os negros e acastañados son firmes e verdadeiros". Al ritmo de este cántico, los niños de ojos claros del colegio Curros Enríquez de Ourense, sufrimos "bullying" en primaria (por supuesto, en el sentido más liviano del término). Recuerdo como el resto de la clase, nos arrinconaba en una esquina y nos señalaba con dedo acusador mientras entonaba la famosa estrofa. Cuantas veces lamenté que don José María nos enseñase la dichosa canción. "Lembranzas" de la tierna infancia.

Como todos sabemos, "los ojos son el espejo del alma", pudiendo servir para apoyar o negar lo que decimos con palabras. Los ojos nos permiten expresar sensaciones que nacen del corazón y se proyectan directamente a través de la mirada; cosas que verbalmente, somos incapaces de explicar. A propósito de ello, he leido un artículo muy interesante que habla sobre qué transmite nuestro color de ojos, en términos de confianza, salud o atractivo. He aquí algunos datos curiosos.

En líneas generales, las personas con ojos marrones inspiran mayor confianza que aquellos con ojos azules; aunque esta cuestión tiene que ver también con la fisonomía del rostro, no solo con el tono de ojos. Una de las explicaciones que barajan los científicos para explicar este comportamiento se remonta a los inicios de la humanidad, cuando hace más de seis mil años, apareció un individuo con una mutación genética extraña, un antecesor común a las personas de ojos claros. Investigadores australianos, por su parte, han demostrado que las personas de ojos claros son consideradas como "menos agradables" y más competitivas.

En lo conciernente a la salud, las personas de ojos claros son más propensas a padecer enfermedades de la piel como el vitíligo o trastornos de la visión como la miopía. Sin embargo, ven mejor en la oscuridad que aquellos con ojos oscuros, lo que podría relacionarse con el elevado porcentaje de personas de ojos claros en los países nórdicos, donde hay menos horas de luz. Si bien los ojos claros reflejan la luz de las estrellas y la luna, los marrones son más resistentes a los rayos solares y, por tanto, más frecuentes a medida que nos acercamos al Ecuador.

Con respecto al atractivo de unos y otros, dependerá de donde nos encontremos; lo que está claro es que lo diferente (y lo menos frecuente) es lo que atrae nuestra atención. En los países nórdicos, donde predominan los ojos claros (y la tez blanca), son los marrones los que resultan más exóticos (y la piel bronceada de los "latin lovers"). Por el contrario, en los países mediterráneos, donde lo más común son los ojos oscuros, los claros suelen marcar la diferencia, obnubilando al personal.

Realmente, es una cuestión de gustos. Yo, por ejemplo, me quedo con la mezcla "ojos verdes y piel aceituna". Os presento a Omar Borkan, para mí el hombre más atractivo que he visto nunca. Expulsado de Arabia Saudita, por ser "demasiado guapo". Ejem, ahí lo dejo.


 

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