viernes, 24 de abril de 2015

Lo que no te contaron del yoga

Que la práctica de yoga tiene múltiples beneficios, lo sabemos; desde la tonificación muscular hasta la correción de la postura, pasando por una mayor elasticidad y armonía mental. Nada que no podamos encontrar en la web o en un manual. Pues bien, hoy me propongo compartir con vosotros algunas de las cosas (menos glamurosas) que acontecen cuando lo practicamos. "Como no es lo mismo contarlo que vivirlo...", he aquí el relato de mi propia experiencia, al estilo Samanta Villar.

Una de las ideas preconcebidas que tenemos sobre el yoga es que es una actividad para ancianos y embarazadas, que apenas requiere esfuerzo físico; gente en "posturas ridículas"; saludando al sol, haciendo la grulla y todo lo demás. Pero nada más lejos de la realidad. Descubrimos músculos que no sabíamos que teníamos (músculos que empiezan a vibrar, temblar y saltar) y nos damos cuenta de lo mucho que podemos sudar sin movernos del sitio; un par de ejercicios y se eleva nuestra temperatura corporal; y colorados, empezamos a transpirar.

Tomamos consciencia de nuestro cuerpo, de nuestra asimetría, de que "de un lado damos más"; y es que somos flexibles por delante o por detrás, raramente las dos a la par. No entendemos porqué no somos capaces de girar "a babor o a estribor", de completar un determinado ejercicio cuando los demás sí lo hacen (los maldecimos "cariñosamente", nos congratulamos cuando "nos sale" y a ellos no). Se nos escurren los pies en la esterilla, intentamos anclarnos utilizando las uñas, fracasamos estrepitosamente y nos empezamos a deslizar; hasta el infinito y más allá.

En muchas posturas, a punto estamos de "volcar" y quedarnos "patas p'arriba" como una cucaracha que va a agonizar. Los ejercicios de equilibrio, los de mayor dificultad. Aquellos cuya finalidad es abrir el suelo pélvico hacen que, de vez en cuando, se escape alguna ventosidad. Reprimimos una carcajada, con mayor o menor dificultad. Y cuando llega el momento de relajarse y todo se queda en silencio; nuestras tripas, muy golosas ellas, empiezan a rugir sin cesar.

1 comentario:

  1. Como de costumbre, falta documentación. Recomendable, antes de hacer algo que no entendemos, de que "va esto":

    http://www.newoxfordreview.org/article.jsp?did=0206e-peters
    http://es.catholic.net/op/articulos/2938/15-razones-del-por-que-el-yoga-es-sumamente-peligroso.html

    Antes de hacer algo que nada tiene que ver con nuestra cultura, deberíamos enterarnos de las bases.

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