miércoles, 10 de junio de 2015

La excelencia de la mediocridad

En los tiempo que corren, la sociedad nos dice que, en lo que concierne a nuestra vida profesional, hemos de especializarnos en algo porque, ciertamente "no se puede ser bueno en todo". A mi modo de ver, la "fiebre de la especialización" se basa en la idea de "ser el mejor" en un determinado campo, sacrificando para ello todo lo demás. Hay personas, sin embargo, que prefieren no "destacar" en nada y tener una amplia cultura general; personas que eligen tener una "visión holística de la realidad".

Recientemente, en una entrevista de trabajo, me formularon la siguiente pregunta. "¿No cree usted que el hecho de dedicarse a actividades tan diversas se opone a la idea que tenemos del científico tradicional?". Mi respuesta fue esta. "En absoluto, más bien lo contrario; el que tiene los ojos abiertos al mundo, es capaz de ver cosas que otros no ven". Y me remití al clásico ejemplo... "Las clases de Lenguaje de Signos me sirvieron para adquirir mayor destreza con las pipetas"; asociación clara entre el laboratorio y las Humanidades.

Partiendo de mi escasa experiencia, me gustaría mostraros cómo elementos aparentemente desligados, ciertamente tienen relación. Y es que la realidad es una, aunque podamos verla desde mil y una perspectivas distintas. A este respecto, me viene a la mente el eterno conflicto entre arte y ciencia; en el que me veo inmersa a diario por dedicarme a la investigación. Mis compañeros alegan  que "la ciencia soluciona problemas; el arte, no". Yo me opongo, soy una "esquirol". Será por mi hemisferio derecho que no pienso de forma analítica.

Uno de los mayores peligros de dedicarse en cuerpo y alma a una única actividad es la pérdida de creatividad, lo que conduce en ocasiones, a la desilusión. En mi humilde opinión, la clave para triunfar en la vida es abrir la mente, probar distintas posibilidades y aprender algo nuevo cada día; lo que los expertos denominan "to think outside the box". Salvo cuando de vocaciones se trate, la plenitud personal no se alcanza por medio de la excelencia profesional; sino de lo que errónameante se califica como "mediocridad".

No hay comentarios:

Publicar un comentario