jueves, 4 de junio de 2015

Un querer incondicional

"En lo bueno y en lo malo", "en las duras y en las maduras", "en la salud y en la enfermedad"; así es como todos deseamos que nos quieran. Si bien esta máxima suele identificarse con las relaciones de pareja, el amor romántico no es la única fuente de amor incondicional (aunque sí la más potente, para qué negarlo). Son la familia y los amigos los que, en muchas ocasiones, nos proporcionan esa clase de amor; que está por encima de todo, que perdona y que nunca se da por vencido.

En primer lugar, la familia nos consiente cosas que ninguna otra persona consentiria. Con la familia, tenemos licencia para enfadarnos, dar voces o ser descuidados (y muchas veces abusamos). Seguramente nos den reprimendas pero jamás reniegan de nosotros y nos dan la espalda. Están ahí en los malos momentos, nos cuidan cuando sobreviene la enfermedad. Nos instan a ser mejores pero no nos lo exigen. No nos reprochan nuestros fracasos sino que nos convencen para seguir luchando. Nos aceptan tal y como somos.

Los amigos, por su parte, son "la familia que se elige". Con los amigos, tenemos licencia para hacer el tonto, estar de bajón y a veces, tomarnos atribuciones (excediendo incluso los límites de la confianza). Seguramente nos "digan las verdades" pero jamás con la intención de herirnos, sino de abrirnos los ojos. Están ahí para compartir esas cosas que la familia no sabe. Se preocupan por nuestros avatares y son los primeros en arrimar el hombro en asuntos del corazón. Nos instan a no rendirnos. Nos recuerdan que tenemos derecho a ser felices. 

Como véis, la familia y los amigos son una constante en nuestra vida y, por eso, no debemos descuidarlos. A ellos recurrimos en los momentos críticos; en su amor, nos refugiamos. Cuando una pareja nos abandona, es en ellos en quien buscamos consuelo. Simple y llanamente porque tenemos la certeza de que "están ahí". Y si resulta que encontramos a alguien que nos quiera como ellos nos quieren, es decir, de forma incondicional, no nos queda más que sentirnos muy afortunados.

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