viernes, 26 de junio de 2015

Madre sólo hay una

Es cierto, estamos hartos de oir esta frase; sin embargo, tengo a bien utilizarla ya que nos recuerda una verdad muy importante y es que, una madre es algo extremadamente grande. Una madre no sólo nos lleva nueve meses en el vientre, sino que "sufre" toda una vida por lo que nos pase. Una madre nos conoce mejor que nadie, nada podemos ocultarle. Una madre jamás se queja, no pide nada para sí misma; en casa, se considera siempre la menos importante.

Cuando somos niños... Una madre permanece despierta hasta altas horas, no se va a la cama sin acurrucarnos. Una madre se levanta en mitad de la noche si soñamos o estamos enfermos. Una madre insiste pacientemente si no comemos, nos persigue con el bocadillo por el patio del recreo. Una madre se sienta con nosotros a hacer los deberes, nos "pregunta" la lección. Y cuando nos portamos mal, una madre nos amenaza con "sacar la zapatilla" (de goma, dolorosa) y lo hace.

Cuando somos adultos... Una madre permanece despierta cuando salimos de fiesta, no se va a la cama hasta que no llegamos. Una madre nos llama por teléfono para verificar que estamos a salvo. Una madre se preocupa porque nos alimentemos correctamente, nos persigue con "tuppers" por toda la casa. Una madre se sienta con nosotros a charlar, nos "pregunta" con quién andamos. Y cuando no damos "señales de vida", una madre no dice que se aflige pero lo hace.

En cualquier caso, una madre nos quiere por encima de todo, nos entregaría su vida, cualquier cosa podría perdonarnos. Una madre pasaria hambre con tal de alimentarnos y frío, para poder abrigarnos. Una madre se pondría en nuestro lugar en caso de enfermedad; una madre nos donaría sus órganos si hiciese falta. Una madre se intercambiaría por nosotros para que no fuesemos a la cárcel. Una madre es "puro amor", incapaz de odiar a nadie. Una madre es una heroína y no lo sabe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario