lunes, 16 de junio de 2014

15 segundos en los que sobran las palabras

Os imagináis a qué hace referencia esa fugaz fracción de minuto? Los que hayáis leido algo sobre PNL o visto "El Hormiguero" no tendréis la menor duda; se trata del tiempo que tardamos en crear una primera impresión sobre alguien. Dado que el tema del lenguaje corporal es increíblemente amplio y que ahora mismo no dispongo de la bibliografía necesaria para desglosarlo detalladamente, me centraré en explicaros cómo se crean las primeras impresiones, cuál es su importancia y qué factores influyen en ellas. Otros temas relacionados, próximamente.

Las primeras impresiones constituyen un mecanismo automatizado del cerebro y se relacionan con la increíble capacidad de este para manejar gran cantidad de información de forma inconsciente. Nuestros sentidos recogen esa información; nuestro cerebro la procesa y a continuación, la compara con experiencias pasadas almacenadas en la corteza cerebral (racional) y en el sistema limbico (emocional). Así es como se forma una primera impresión; el cerebro adereza la "ensalada sensorial" con sal, aceite o vinagre, depende.

Las primeras impresiones son importantes desde el punto de vista evolutivo; cuando los humanos tenían que decidir en el menor tiempo posible si aquellos que tenían enfrente eran amigos o enemigos (por razones de seguridad). A este respecto, nuestro cerebro tiende a preferir lo familiar ante lo desconocido; ya que esto último no sabe como clasificarlo, le desconcierta y, por tanto, le asusta. Esa es la base de los prejuicios que, almacenados en el subconsciente, nublan con frecuencia las primeras impresiones que nos hacemos de las personas.

Si bien la belleza física contribuye en gran medida a la creación de una primera impresión positiva; esta no depende únicamente de "lo que nos entra por los ojos", ya que mostrar interés por el otro e inspirarle confianza resultan factores clave para "caerle bien". Teniendo en cuenta que las primeras impresiones se producen de forma inconsciente, suelen ser bastante certeras (eso sí, solamente si no acumulamos prejuicios). Aun así, es necesario saber filtrarlas; no debemos caer en la trampa de creer que todo lo intuitivo es fiable; ya que a veces "los sentidos nos engañan". Ni todas las rubias son tontas; ni todos los feos son simpáticos. No sé si me explico.

Es hipocresía negarse a reconocer que la apariencia juega un papel fundamental en las primeras impresiones; refiriéndome en este caso al atractivo o "sex-appeal", que va más allá de la mera belleza física y en el que intervienen numerosos aspectos; los más importantes son la sonrisa y el tono de voz (ojos y miradas merecen un post aparte). El 55% de la primera impresión se basa pues en la apariencia, el 38% en el tono de la voz y solo el 7% en las palabras. Estos porcentajes demuestran que, efectivamente, el aspecto y la actitud que mostramos son infinitamente más importantes que lo que decimos. "Por la boca, muere el pez".

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