viernes, 16 de enero de 2015

El cerebro masculino enamorado

Es bien sabido que en los hombres, existe una desvinculación entre los circuítos del deseo y del amor en lo que a las relaciones se refiere. Así, tienen tendencia a emparejarse con el mayor número de mujeres posible, sin comprometerse con ninguna. Esto no quiere decir tampoco que los hombres no se enamoren, sino que el mecanismo de ensamblaje de ambos circuitos en el cerebro masculino es más complejo que el femenino.

Para empezar, cabe destacar que el comportamiento fiel en el hombre está regulado por la vasopresina, la hormona de la monogamia, y lo que es más importante, por el tamaño de su receptor a nivel cerebral. Científicamente, se ha comprobado que cuanto más largo es el receptor de vasopresina en un hombre, mayor es su tendencia a comprometerse y dejar atrás su soltería. Por esta razón, en lo que concierne a la fidelidad, en términos del receptor de vasopresina,  "cuanto más largo, mejor". Asímismo, es necesario realizar la siguiente puntualización, extraida literalmente del libro "El cerebro masculino" de Louann Brizendine... "El sexo no siempre lleva al amor, aunque para el cerebro masculino es una parte necesaria para llegar ahí". Partiendo de esta base, paso a referenciar qué áreas cerebrales se activan en un hombre enamorado.

En primer lugar, el área tegmental ventral (ATV), que segrega dopamina (neurotransmisor de bienestar, motivación y recompensa) durante el acto sexual, haciendo que el hombre sienta una agradable embriaguez.
A continuación, el núcleo accumbens (NAc), el área de anticipación del placer y de la recompensa, donde la dopamina se mezcla con la vasopresina y la testosterona. Este combustible hormonal mantiene al hombre estimulado, "enganchado", como cualquier otra droga haría. A este nivel, cuantas más veces se repita el acto sexual, más se refuerza este mecanismo; o lo que es lo mismo, más posibilidades de que el hombre se enamore.
Finalmente, el núcleo caudado (NC), el área de memorización del aspecto y la identidad de quien les da placer. Los detalles de la persona amada se gravan de forma permanente en la memoria, haciendo a esa mujer única. Esta área cerebral en concreto, es donde reside el verdadero amor, pues se activa exclusivamente al visualizar a la mujer amada (y no, en otro caso).

Como podéis ver, el amor en el hombre sucede solo cuando los circuitos del deseo y del amor se ensamblan; y es el sexo el que hace posible que esto suceda. El amor masculino es un proceso que acontece de forma secuencial, siendo el acto sexual una condición "sine qua non" para que tenga lugar. El núcleo accumbens, que gestiona la necesidad de la otra persona, no se pone en funcionamiento hasta que el área tegmental, donde reside el placer, se activa. El núcleo caudado, por su parte, no fija la imagen del ser querido, si la necesidad por este no ha sido creada. Y así, es como acontece el milagro.

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