viernes, 30 de enero de 2015

Hombres tóxicos

"Para todas las mujeres que han derramado lágrimas o han sufrido porque un hombre tóxico les ha roto el corazón, algún hueso o incluso el alma". Con esta dedicatoria, empieza el libro de la experta en comunicación, Lilian Glass. La potencia de su mensaje es tal, que lo transcribo de forma literal. Gracias a ella, descubrí que existen once tipos de hombres tóxicos. Yo, tuve el "privilegio" de conocer a cuatro que, ahora mismo os presento (si queréis averiguar cosas sobre los demás, solo decídmelo).

EL CONGELADOR EMOCIONAL. Es un hombre frío, que no muestra emoción alguna; deja ver muy poco de sí mismo y es tacaño con las palabras. Normalmente metódico, centrado en lo que hace. No inicia las conversaciones, solo habla si se le interpela directamente. Cuando lo hace, emplea un tono monocorde, sin inflexiones en la voz. Reprimido a nivel oral, usa tonos entrecortados e hiperarticula las palabras. Su cuerpo está tieso y sus gestos son mecánicos. Su expresión es neutra o inmóvil; su mandíbula está rígida, su sonrisa es tensa y controlada.

EL OBSESO DEL CONTROL, FURIOSO Y DÉSPOTA. Es un hombre agresivo a nivel verbal que, utiliza frases con un significado controlador implícito, del tipo "Te voy a permitir que..." o "No quiero que...". Intimida con su enfado y su furia, juzga con frecuencia y es extramadamente crítico con la apariencia personal. Hay un punto alarmista en su voz, normalmente alta, entrecortada y autoritaria. No le gusta que le desafíen, obtiene cierto placer avergonzando a otros. Su postura es agresiva e incluso, intimidatoria. Mueve mucho los brazos y cierra los puños. Su rasgo más característico es el ceño fruncido; mandíbula apretada, narinas dilatadas y ojos muy abiertos (signos de agresividad).

EL COMPETIDOR CELOSO. Es un hombre que siempre intenta "quedar por encima", demostrar su superioridad. Se muestra en constante desacuerdo, sistemáticamente adopta un punto de vista contrario al de su interlocutor y tiene la costumbre de apostillar. Uno de sus rasgos más comunes es hablar rápido y hacerlo con tintes de sarcasmo. Su contacto físico no es suave, sino rígido. En un primer momento, intenta ocultar su naturaleza competitiva y sus sentimientos de envidia que, finalmente, salen a la superficie. Cuando pierde su ventaja, traga saliva y se humedece los labios, rehuye el contacto visual. 

EL NARCISISTA EGOCÉNTRICO. Es un hombre preocupado única y exclusivamente por sí mismo; se considera el centro del universo y espera ser considerado como tal. Tiene una necesidad imperiosa de hablar de él y oir alabanzas. Con el fin de autoafirmarse, hace comentarios elogiosos sobre sí mismo y dice cosas que otros han dicho sobre él (maravilloso, guapo, sexy, fabuloso). Las palabras "yo", "mi", "me" y "mío" son las más comunes en su vocabulario. Dada su necesidad de que le consideren excepcional, tiene tendencia a la exageración. No deja de mirar alrededor para asegurarse de que la gente lo nota. Su tono de voz es animado y optimista, busca atraer audiencia. Su postura es recta y su expresión (cuando consigue la atención que requiere) se compone de una sonrisa genuina, ojos brillantes y labios relajados; mantiene un contacto visual muy bueno con sus "fans".

Recuerda que... Si un hombre no se muestra comunicativo, no hace demostraciones de cariño o no responde a tus emociones, eso es crueldad emocional. Si un hombre intenta controlar tus libertades, te hace advertencias constantes y llega incluso a amenazarte, te está maltratando. Si a un hombre le molesta el hecho de que le superes en algún ámbito (por ejemplo, en trabajo o sueldo) y jamás te da la razón, aunque la tengas; no es capaz de tener una relación. Si un hombre te anima a hablar de tus problemas solo porque le ofreces una gran cantidad de adulación y cuando dejas de hacerlo, se lo toma como un desaire; sencillamente, no te merece (y dejándote, "te hará un favor"). Eso sí, estáte atenta a los detalles, porque cualquiera de ellos es, en un primer momento, encantador.

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