martes, 14 de octubre de 2014

Los olmos no dan peras

Esta vez y como acostumbro hacer en algunas ocasiones, quiero ponerme del lado de los hombres. Y es que siempre me ha parecido hipocresía, la actitud de ciertas mujeres, que exigen que las miren a los ojos cuando llevan un "escotazo" o una minifalda; algo perfectamente lícito e imprescindible para verse guapa y sentirse bien con una misma. La clave del asunto es que la ropa que escogemos (y como consecuencia, la superficie corporal que dejamos al descubierto); hace que de forma automática (esto es, ajena a la voluntad) se activen en los hombres áreas cerebrales bien diferentes. Veamos un ejemplo.

Un estudio realizado en EE.UU. con hombres heterosexuales puso de manifiesto el siguiente hecho; cuando los hombres veían imágenes de mujeres en biquini o ligeras de ropa, se activaban en su cerebro las regiones asociadas a los objetos. Así, los hombres "cosificaban" a las mujeres, viéndolas únicamente como "instrumentos" para satisfacer sus deseos. Por el contrario, cuando los hombres veían mujeres vestidas, las "humanizaban", activándose en su cerebro las áreas asociadas con las relaciones personales; lo mismo que ocurría cuando se le mostraban fotografías de otros hombres.

Como véis, se trata de un hecho contrastado; no es justo, por tanto, tachar a los hombres de "básicos, instintivos y superficiales", pues no es algo que puedan controlar. Cuando un hombre ve a una mujer por primera vez (antes de hablar con ella, me refiero), su cerebro la "encasilla" en uno u otro grupo en base a lo que esta lleva puesto, así de sencillo, así de simple. No es un estigma, es biología. Mujer que enseña, mujer que "se promociona", mujer de una noche. Mujer que no enseña, mujer que "se reserva", mujer de varios días. Rápido y fácil. A fin de cuentas, ellos no engañan a nadie.

Las que se engañan son ellas; "pidiéndole peras al olmo"; esperando encontrar al hombre de su vida, vestidas de fiesta; lo cual no es malo en absoluto; lo malo es autoconvencerse de que "lo imposible es posible". Mujeres del mundo, no les echéis la culpa a ellos; sabéis perfectamente como van a reaccionar. Sois vosotras las que decidís como mostraros. Si buscáis algo serio, tapaos; os mirarán a los ojos, escucharán lo que decís; perfecto. Si lo que queréis es divertiros y pasarlo bien, destapaos; como dice mi madre "lo que se van a comer los gusanos, que lo vean los cristianos"; perfecto también. Pero, por favor, nunca os engañéis a vosotras mismas.

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