domingo, 13 de julio de 2014

It must have been love

Dicen por ahí que "el primer amor nunca se olvida". Algo con lo que estoy de acuerdo y a lo que me permito añadir "se aprende a vivir sin él". El primer amor es un acontecimiento muy importante en la vida de las personas, ya que abre las puertas a un mundo de posibilidades en lo que se refiere a relaciones personales. Sentir mariposas en el estómago, ponernos nerviosos, hacer locuras, obrar de forma inconsciente o quedarnos sin palabras. Descubrir una nueva faceta de nosotros mismos. Tildar a los enamorados de locos o pensar que es cosa de las películas. No lo entendemos hasta que nos pasa.

El primer amor suele ser muy apasionado y llega cuando menos lo esperamos. Una noche de fiesta o en la parada del autobús, cuando tiene lugar el ya clásico "flechazo". Llamádme ilusa, pero yo creo que ocurre en la vida real (cada segundo en el mundo, millones de veces). Vemos a esa persona a cámara lenta, brillando con luz propia (al menos así la percibimos). Perdemos la noción del tiempo y el espacio en su presencia. No dormimos por las noches ansiando el próximo encuentro. Tenemos la sensación de que es a él o a ella a quien llevábamos tanto esperando. Creemos que jamás podremos vivir sin él. Y lo más probable es que lo hagamos; entonces, el primer amor no es el amor de nuestra vida. En caso contrario, tendríamos que replanteárnoslo.

En este punto, recurro a una frase que ha llegado a mí recientemente, y es que "la primera vez se ama más, pero la segunda se ama mejor". Si bien es cierto que el primer amor es muy especial, los que vengan después pueden serlo todavía más. Al primer amor solemos idealizarlo porque no tenemos con qué compararlo; creemos que es perfecto y frente a él, nos mostramos vulnerables. Pero lo superamos. Y los amores que puedan llegar después los vivimos de forma más realista, con un cierto vagaje; los concebimos como imperfectos y frente a ellos, nos mostramos cautos. No quiere decir tampoco que no nos entreguemos; solamente que tenemos más presente el miedo a perder o equivocarnos.

Para terminar, quiero compartir con vosotros una frase que he encontrado en la red. "En la vida, hay tres amores: el primer amor, el amor imposible y el amor de nuestra vida". Al leerla, me ha asaltado la siguiente duda... Pueden los tres encarnarse en la misma persona? Yo, no tengo la respuesta. Porque si bien es probable que la gran mayoría nos hayamos enamorado al menos una vez (correspondidos o no) o que tengamos amores platónicos (famosos o anónimos); solo unos pocos habrán encontrado al amor de su vida (o como dicen los americanos, "the one") y menos aún, permanecerán con él para siempre. Supongo que, como con todo, lo sabremos cuando nos pase.

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