miércoles, 9 de julio de 2014

Si dejas de buscar amigos perfectos, encuentras amigos verdaderos

Un chico me dijo una vez que una de las cosas que más dice de las personas es cómo tratan estas a sus amigos; una simple reformulación del viejo dicho "dime con quién andas y te diré quien eres". Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de la veracidad de tal afirmación. Y es que no hay mejor forma de conocernos a nosotros mismos que a través de los ojos de nuestros amigos; ellos nos hacen ver en qué fallamos; y nos quieren por las cosas que hacemos mal, por nuestros defectos y no, por nuestras virtudes (aunque las valoren en grado sumo). Siendo así la amistad, el más desinteresado de todos los sentimientos.

Enumerar las caracteristicas de un buen amigo es un arduo trabajo; todo depende del concepto que tenga cada uno de la amistad. Yo, personalmente, tengo claro cuando es verdadera; y os daré algunas pistas más adelante. Por otro lado, los conflictos que a veces tienen lugar entre supuestos amigos radican en las diferentes formas de concebir este sentimiento de unos y otros. Ni mejores ni peores, solamente distintas. Se trata pues de qué conlleva ser un buen amigo para cada persona, sus implicaciones y expectativas; aunque nunca, obligaciones. He ahí la clave.

Un buen amigo nunca exige nada; ni mensajes ni llamadas. No se enfada si no obtiene respuesta; pues sabe que tarde o temprano ha de llegar. Un buen amigo se preocupa por nosotros pero jamás se entromete en nuestra vida; nos da consejos; al tiempo que, nos permite cometer nuestros propios errores. Cuando esto ocurre, está ahí para consolarnos, sin hacernos el más mínimo reproche. Un buen amigo nos escucha pero jamás nos fuerza a decir algo que no queremos. Un buen amigo no indaga; simplemente, lee entre líneas.
Un buen amigo respeta nuestro espacio y no lo invade sin ser invitado. Un buen amigo no pide explicaciones porque no las necesita. Un buen amigo entiende nuestra esencia y la acepta sin cuestionarla. Un buen amigo es aquel que nos critica de frente y nos defiende a nuestras espaldas.
Un buen amigo permanece a nuestro lado cuando nuestra pareja nos abandona. Un buen amigo conoce a nuestra familia y es probable que haya dormido en nuestra casa en alguna ocasión. Un buen amigo es consciente de cómo somos porque sabe de dónde venimos.

Así es como yo concibo la amistad, como una forma de "apego seguro", que no requiere un "feedback" constante para mantenerse (no quiero decir tampoco que no haya que alimentarla). No importa que nos olvidemos de su cumpleaños ni que pasemos meses sin hablar o años sin vernos. Tampoco importa que en ciertos momentos podamos "defraudarlo" o que no le contemos absolutamente todo lo que nos pasa. Porque un buen amigo estará ahí por siempre. Y la razón es bien sencilla: porque nos quiere.

1 comentario:

  1. Qué bonito Eva! Quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Qué gran verdad!

    ResponderEliminar