Hace unos años era David Beckham, con su pelo rubio y su “British
style”; el “gentleman” inglés casado con la Spice “posh”. Hoy en día, es
Cristiano Ronaldo, el ídolo de tantos, con sus mechas en el pelo y su
“Gipsy style”; el guapo portugués “ennoviado” con la top model
internacional. Miles de copias suyas allá donde vas; ese tupé de medio
lado, con gomina, al más puro estilo metrosexual. Y es que, aunque no
salgan en la tele, ni jueguen en el Real Madrid, en la mente de muchos
chicos está: “Yo, quiero ser como Cristiano”.
A Cristiano lo veo
en todas partes; y no me refiero al de verdad, sino a clones suyos; en
el supermercado, por la calle, en la facultad. A Cristiano lo veo en las
camisetas de asas con escote, en los pendientes de brillantes y en la
fiebre de algunos por la depilación. A Cristiano lo veo en los
cinturones con grandes hebillas, en los bañadores “petados” y en la
obsesión de muchos por el sol. A Cristiano lo veo en los coches de lujo,
en las chicas “de postu” (con minifalda y top), en los líos de una
noche; en la moda, en el qué dirán.
Yo, lo que reivindico es la
propia tendencia, la diferencia, el no ser una réplica más. Las
camisetas de manga corta sin escote, los pendientes de coco, la apacible
convivencia con el vello corporal. Reivindico también los cinturones
discretos, los bañadores cortos (pero que dejan algo a la imaginación) y
la protección de la piel frente a la agresión. Reivindico los coches
“normales” (cuanto más viejo, mejor), las chicas naturales (con camiseta
y pantalón), las citas a la luz del día; el estilo propio, sin importar
el qué dirán.
Independientemente de lo que pueda parecer, no
tengo nada en contra de que los hombres se cuiden, se interesen por la
ropa o quieran “verse guapos”; al contrario, me parece fenomenal. En
donde me gustaría incidir, sin embargo, es en la búsqueda del estilo
personal (“La moda es el escudo del inseguro”, un grafiti que me hizo
reflexionar). Como os decía al principio, los ídolos cambian. Si nos
limitamos a imitarlos, puede que nos veamos inmersos en profundas crisis
de identidad. Yo, no sé nada del tema; recurro a una frase del gran
modisto Yves Saint Laurent… “Las modas pasan; el estilo es eterno”.
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